El corazón y el ojo son vísceras. Arcadi Espada

Actualizado Sábado, 18 marzo 2023 – 22:33

El corazón y el ojo son vísceras
SEQUEIROS

(Corazón) Este martes el diputado Francisco José Contreras, de Vox, presentó una proposición en el Congreso -en la Comisión de Cultura, concretamente- para honrar dignamente a Ángel Sanz Briz, encargado de negocios en la legación de España en Budapest en 1944. Siguiendo las instrucciones del Gobierno y con la ayuda de otras personas destinadas en la legación -Zoltan Farkas, Elisabeth Tourné, László Szamosi y Giorgio Perlasca- el diplomático logró salvar a cerca de tres mil judíos amenazados por la invasión nazi. El diputado Contreras tuvo el acierto añadido de aludir a otra operación de salvamento en la que Sanz Briz se comprometió. Bastará citar, entre otros muchos testimonios, este párrafo suyo del expediente de depuración elaborado por la autoridad franquista recién acabada la guerra: «En la fecha en que comienza el glorioso Movimiento Nacional me hallaba en Madrid prestando mis servicios en la Sección de Protocolo del Ministerio del Estado. Esta circunstancia […] me colocó en una posición desde la que me fue posible favorecer a gran número de compatriotas perseguidos por simpatizantes con el Movimiento, en colaboración con las representaciones diplomáticas de Alemania, Italia y Argentina…». De modo que hay tres cuestiones fácticas que el diputado Contreras no eludió. La primera es que Sanz Briz fue un franquista de antes de la primera hora. La segunda es que arriesgó su vida, salvando otras vidas, tanto en la Estación del Mediodía de Madrid como en la Estación del Oeste de Budapest: la vida de Pilar Primo de Rivera y la vida de Jaime Vándor. La tercera es un poco absurda evidenciarla pero la propaganda la ha hecho necesaria: salvando judíos, Sanz Briz actuó de acuerdo con el Gobierno español.

La proposición contó con el respaldo del Partido Popular y de Ciudadanos. Guillermo Díaz, el representante de este último partido, logró convencer a Contreras para que eliminara en primera instancia del texto sometido a votación la derogación de la ley de Memoria Histórica. Pero no fue suficiente y la izquierda tumbó el homenaje al diplomático. Vale la pena escuchar y ver la sesión para comprobar el nivel de infección moral y el trastorno cognitivo de los diputados del Psoe, de Podemos y de Esquerra Republicana. En la primera afección destacó, como de costumbre, el Psoe de Alfonso Guerra y Pedro Sánchez, representado por un González, ejemplo de doblez, ez. En el trastorno cognitivo un Margall, al que debieron de sacar del centro de día para que esputara: «Es una iniciativa de Vox defendiendo el homenaje a un franquista; en definitiva, una iniciativa de Vox blanqueando el fascismo. Nada nuevo. Nada nuevo, ninguna sorpresa, un día más en la oficina. Esquerra Republicana lleva noventa y un años luchando contra el fascismo y seguiremos haciéndolo. El fascismo nunca más, en ninguna parte, contra nadie».

La noticia que al día siguiente no dio ningún periódico -tales para cuales- es que el Congreso español negó el homenaje a un Justo entre las Naciones. Como si el Bundestag se hubiera negado a homenajear al miembro del partido nazi Oskar Schindler. Juan Carlos Sanz Briz, el hijo del Justo y portavoz de la familia, estará satisfecho. Ya habrá empezado a moverse para lograr que, de inmediato y bajo los efectos de las historiadas fábulas de Moradiellos, el Congreso pueda celebrar a su padre en forma. Es decir, mintiendo: negando su quintacolumnismo heroico en el Madrid republicano y que heroicamente actuara, en el Budapest nazi, en nombre de Franco. La forma mísera y sectaria que el tipo de capullos que encarnan la soberanía emplean para celebrarse a sí mismos, con la excusa de cualquier fama finamente eviscerada.

(Ojos) Se jubila Borja Corcóstegui y lo sienten mis ojos y mi corazón. El oftalmólogo es un especialista -de la retina- verdadero, en un mundo donde la especialidad fundamental es la autopromoción. Tiene además un humor fácil e irónico y una costumbre, puramente científica, de decir la verdad. Hace unos años, parte de su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Cataluña lo dedicó a los mitos sobre el desprendimiento de retina. Estos viejos e inútiles consejos de que para evitarlo no conviene agacharse ni levantar grandes pesos ni parir siquiera. Abordando el capítulo más incierto de los traumatismos, no dudó en citar a Sugar Ray Leonard, uno de los grandes boxeadores de cualquier tiempo: «Sufrió un desprendimiento de retina en 1982, que pudo ser reparado en el hospital Johns Hopkins de Baltimore. Y volvió a recuperar el título años después de la intervención lo que provocó una increíble polémica en el mundo del boxeo y de las aseguradoras. No obstante, mucha gente piensa que los deportistas de deportes de contacto que han sufrido un desprendimiento de retina han de abandonar esta actividad». Mucha gente, especifica. La mucha gente para la guerra, decía mi enjuto tío Pepe, nacido en Corella.

Subo hasta el educado edificio del Imo que diseñó, después de pensarlo, el arquitecto Josep Llinás en la falda cada vez más plisada del Tibidabo, a despedirme del doctor. Hace una tarde limpia y ventosa y el mar casi se oye. Le recuerdo cuando me dijo, al principio del uso masivo de los ordenadores, que cansaba tanto mirar su pantalla como mirar el mar. Ahora que han pasado los años a destajo, el engaño que prefiere es el de los viejecitos que llegan a la consulta diciendo que no pueden leer porque sus ojos ya no les dan.

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