Tengo fotos en las Torres Gemelas en 1986 y 1995. Me he emocionado viendo hoy como entonces a Matías Prats, rememorar aquel ataque del 11 S. Aún recuerdo al día siguiente, con los cuerpos de las víctimas aún calientes, el titular más abyecto de la historia del periodismo, el de El País: “El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush”. Por no hablar de la estúpida consigna posterior de la reciente historia de nuestro país: “No a la guerra”, que dio lugar indirectamente a Zapatero-Sánchez.

Nueva York es una de mis ciudades y EEUU es el símbolo de la libertad occidental. Aquel ataque no fue un atentado terrorista más, sino un acto de guerra. La respuesta no podía ser otra que la guerra, y así lo organizó EEUU, quien preparó un ataque progresivo y escalonado en Oriente Medio para socavar las bases del terrorismo (al menos consiguió matar a Bin Laden) e intentar establecer las bases del sistema democrático en aquella zona. Aquella guerra de largo alcance, necesitaba del consenso y de la unidad de todos los demócratas para mantenerse. Justo como la que se libró contra el comunismo, que duró más de 40 años y que fue ganada gracias a la tenacidad occidental. Pero la opinión pública se dividió, lo que ya había empezado a ocurrir con la guerra de Vietnam, y ahí empezó la derrota. No sé si imponer la democracia en un país como Afganistán fue una buena idea técnica, en todo caso era una idea idealista, liberadora para los sometidos y en especial para las mujeres. Sí sé que la oposición de la opinión pública de izquierdas contra “la guerra”, en general, fue más ideológica que técnica. Desde luego, desde que los americanos atacaron las bases del terrorismo yihadista no han vuelto a tener atentados de esa importancia.

Obama anunció la retirada de Afganistán, lo que fue el punto de partida para que el enemigo talibán se preparara para tomar el poder. La desastrosa gestión de la retirada de Biden ha completado el panorama de derrota.

En España todo fue más cutre. Tras la brillante gestión internacional del gobierno González, aparecieron los del “No a la guerra”, los Zapatero y ahora los Sánchez, quienes se aprovecharon de la falta de formación política y de la cobardía de un país en manos de una prensa educada en las facultades de periodismo leninismo. Y ahí seguimos.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies