La tradición humanística de la medicina gaditana viene ya desde que Virgili fundara a la vez, en 1748, el Real Colegio de Cirugía y el Jardín Botánico. Otro gran médico polifacético fue Cayetano del Toro, alcalde de Cádiz. Organizó el centenario constitucional de 1912, creó el museo Histórico e influyó en la creación del Astillero, entre otros.
En nuestra época, los médicos gaditanos -también de adopción-, han continuado esta tradición humanística. Veamos algunos (perdón por las omisiones). De entre los que nos dejaron está el profesor Orozco; el analista F. Delgado Lallemand, que junto a su mujer Susi, creó puestos de trabajo, gestionó asociaciones solidarias y organizó tertulias inolvidables en su palacete de Veedor; M. Romero Tenorio, urólogo, de gran calidad humana, impulsó el trasplante de riñón y desarrolló una gran faceta espiritual; Leopoldo Martín, digestólogo, hombre de aquella izquierda ética (hoy escasa), aunque al final me manifestó su desengaño al respecto; J. Pérez-LLorca, oftalmólogo y senador socialista al que visitaba en su maravillosa casa de la Alameda; y J.A. Rodríguez Murillo, que llegó a ser vicepresidente de su Cádiz cf.
De entre los vivos los hay que estuvieron vinculados al Carnaval, como el profesor Bartual o el oftalmólogo A. Fernández-Repeto, que salió en las emblemáticas agrupaciones de la Transición y organizó grandes festivales de folk.
En la gestión empresarial destacan el doctor Pascual; F. Rodríguez Moragues, que fue un gran jugador de balonmano, y Andrés Ramos, cirujano plástico, liberal, vitalista y cadista de siempre.
En la faceta solidaria brilla el traumatólogo Rodríguez de la Rua, cooperante internacional; Antonio Vergara, incansable defensor de la sanidad pública, y Rogelio Pérez, presidente de la Fundación José Tomás. Sobre toros y flamenco ha escrito mucho y bien Guillermo Boto. Fue además concejal de Urbanismo. En la cultura está mi amigo, el psiquiatra Antonio Trujillo, gran conocedor de vinos y literatura clásica; Pepe Almenara, presidente del Ateneo, y Aníbal Bermúdez, cirujano cardiovascular que carga pasos y es escultor.
En la gestión destacan Antonio Lorenzo, presidente del Colegio Médico, como su padre, y los compañeros de antifranquismo militante, Epifanio de Serdio (fue delegado provincial) y Justo Juliá (fue gerente del Puerta del Mar).