En la actualidad los medios cada vez adoctrinan más e informan menos. En su gran mayoría a favor de la corrección política. Ahí tienen la implicación mediática a favor de los niños movilizados en contra del “cambio climático”, un concepto discutido por la comunidad científica. Una movilización realizada en medio de consignas “anticapitalistas”, por si hubiera dudas de su orientación política. En Cádiz leí el titular más ilustrativo de lo que digo: “Cádiz, asume también la lucha mundial contra el cambio climático”, junto a una foto de unos estudiantes.
Recientes están asimismo las manifestaciones feministas, presentadas como transversales por la mayoría de los medios, pero en realidad dirigidas por la izquierda radical (que hoy es toda) contra el constitucionalismo unitario de la plaza Colón, y basadas en conceptos falsos o manipulados, como la “brecha salarial” (lean a los economistas D. Soriano, R. Braun, D. Lacalle, Rallo, C. Llamas, etc.).
A tales efectos propagandísticos, uno de los instrumentos más usados es la posverdad: distorsión deliberada de los hechos para influir en la opinión pública. A veces estas posverdades intentan destruir la credibilidad de individuos decentes que militan en el bando incorrecto. Un ejemplo reciente fue la atribución a Juan Van Halen de unas palabras denigratorias sobre Lorca. El filopodemita de la Secta, y sus colaboradores, extendieron la noticia sin comprobar las grabaciones existentes. Cuando alguien les demostró en directo que no, que Van Halen no había dicho eso, fue patético ver su reacción, pero ninguno pidió disculpas. En Cádiz, también hubo quien se hizo eco de esta falsa noticiapara denigrar al PP.
En realidad, los bulos han existido siempre, y han influido en la Historia. En 1834 se acusó a los frailes del cólera por envenenar las fuentes de Madrid. Hubo quema de conventos y asesinatos de religiosos. En 1936 se dijo que las monjas daban caramelos envenenados a los niños, lo que contribuyó a la mayor persecución religiosa habida. Una posverdad, que catapultó a Zapatero al poder, se lanzó tras los salvajes atentados del 11 M, cuando se dijo que éstos fueron una venganza por la participación de España en la guerra de Irak. Pero España llegó allí tras la guerra, por la resolución 1511 de la ONU, y los atentados se planearon antes de Irak.