Seguimos con las indicaciones, muy personales, de qué hacer en verano.
Tapas.- Sitios para no equivocarse (llegar tempranito): El Balandro, en la Alameda. Barra atestada, de lujo. El Barra7, frente al mar. Tradición y vanguardia. Excelentes arroces. La Marea, una de las mejores barras de España. Pídale a Salvi el guiso del día o el arroz marinero. La barra de El Faro tiene cocina aparte, pero tan buena como la del restaurante. Imprescindibles: las tortillitas de camarones. En Cumbres Mayores saboree el jamón de verdad. En Ultr@marinos, un almacén de montañés remozado, estupendas tapas creativas. En el Arsenio Manila pida los huevos ricos: ¡las papas no son congeladas! Si quieren pescado piérdanse por la calle La Palma o El Tío la Tiza, en la Viña. Bares de barrio de toda la vida: El Nono y El Laurel.
La ruta de la ensaladilla.- La ensaladilla de Las Palomas tiene casi 60 años de fama. El secreto está en la mayonesa. El bar Alfa, al final del Paseo Marítimo, tiene una ensaladilla sencilla, pero sabrosa. La Marea ofrece una ensaladilla muy de Cádiz, la de gambas. El Bohemia, en la Avenida, presenta dos tipos, la ortodoxa y la heterodoxa, a cual mejor. La del Garbanzo Negro tiene un gran punto en la cocción de la patata. La ensaladilla de pulpo tiene dos templos: El Rinconcito, y El Balandro, en La Alameda Apodaca, un bello jardín frente a la Bahía, diseñado por el arquitecto sevillano Juan Talavera (Jardines de Murillo). Ya en plan creativo hay que probar la ensaladilla de La Curiosidad de Mauro Barreiro, espumosa y divertida.
Bares especiales.- En el bar Manolo, en la Punta San Felipe -dársena neoyorkina- tocará con la mano los barcos. Déjense sorprender por el “dobladillo” o por la clásica caballa con piriñaca. Un bar de vistas y entorno maravillosos es el Mare´s. Tomando una copa de noche disfrutará de la magia del cielo y el mar de Cádiz. Frente a la Caleta, ahí es nada, está La Quilla, cocina creativa y todo tipo de vinos y licores. Extraordinarias vistas. Abajo, en la playita, está el Club. Muy buen pescado. El Rinconcito, escondido en San Severiano, fríe uno de los mejores pescado de la ciudad a precios más que asequibles. Siempre lleno.
Pasteles.- Los mejores pasteles que he probado en mi vida son de la pastelería francesa La Belle de Cadix.
Continuará.