Un socialdemócrata cabal

Tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE me encuentro con un socialdemócrata cabal.

– Lamento la victoria de Sánchez, le digo, aunque vuestra candidata no era para tirar cohetes.

– Calla hombre. Susana no me gusta, pero era el mal menor. Desde luego nada que ver con los políticos de los gobiernos de Felipe González. Pero al menos defendía la unidad de España y estaba dispuesta a ser una oposición leal, no cainita.

– Tú nunca fuiste partidario de las primarias.

– Así es. ¡Pero cualquiera lo dice en el partido! Enseguida me estigmatizarían como facha. Las primarias son adecuadas en el contexto anglosajón, de partidos laxos y campañas individualistas. En Europa es un experimento fracasado. En Francia por ejemplo, el primario y radical del PS, Hamon, ha sacado el 6% de los votos.

– Además, la democratitis no es aconsejable en todo.

– Claro. ¿Te imaginas una asamblea de la tripulación para votar el rumbo del barco? Mira, las instituciones básicas del occidente civilizado son (aún) jerárquicas: la familia, la escuela y la empresa. ¡Y la Iglesia, con dos mil años de Historia! Igual si los fieles hubiesen podido elegir Papa, habrían elegido al televisivo padre Apeles.

– ¡No exageres! Por cierto, en la ciudad de Cádiz ha ganado Sánchez.

– Bueno, eso corrobora tu teoría, Rafael. Cádiz siempre vota como las principales urbes españolas, y distinto a Andalucía. También cuando se equivoca.

– Muchos militantes estaban indignados por lo que consideraban un golpe del aparato.

– Un golpe legítimo, en defensa del propio PSOE. Sánchez había perdido dos elecciones seguidas, sin dimitir, por su vacuidad y disposición a pactar con populistas y soberanistas. La gestora se abstuvo en la investidura de Rajoy, no para promocionar al PP, sino para evitar el sorpasso de Podemos en unas terceras elecciones. Por cierto, una gestora moderada, que ha recuperado votos.

– De acuerdo. Pero, mi querido amigo, ahora lo preocupante no es el partido, que también, sino España. Con Sánchez de nuevo en la secretaría general, se abre la posibilidad de una fatal alianza entre pedristas, comunistas y separatistas. Y eso es lo de otras veces en la Historia, un Frente Popular que querrá erradicar de la vida política al centro derecha democrático, liquidar a España y a la monarquía constitucional.

– Esperemos que no.

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