Carta a un socialista veterano

Estas navidades me dijiste que habías votado a Podemos. No me extrañó en absoluto, hace años que te conozco y sé que en ti, como en gran parte de los filosocialistas de mi generación, nunca ha dejado de existir la pulsión anticapitalista y el revanchismo guerracivilista, y todo ello a pesar de que tu familia formó parte de los vencedores, y bien que lo disfrutasteis. Esa pulsión radical, desde luego, nada tiene que ver con tu vida burguesa y tu prosperidad material, a la que todo el mundo tiene derecho, pero que tan contradictoria resulta con tu discurso. No pasa nada porque vengas de una familia franquista de rango, los hijos no son responsables de lo que hacen sus padres, y además, al fin y a la postre, quizás aún peor hubiese sido la victoria del bolchevismo. Me da la sensación de que hay un complejo no resuelto en tu actitud, dada esa procedencia franquista, agravado además por el hecho de que no interviniste en la lucha contra la dictadura más allá de tres anécdotas de facultad, o lo hiciste a toro pasado, y no como otros amigos con los que te criaste, a los que sí me encontré en la clandestinidad, algunos desde muy jóvenes. Tal vez por eso te incorporaste al antifranquismo retrospectivo años después de la muerte del dictador con una fuerza inusitada para lo que ya se necesitaba, que era nada. El caso es que ese hecho, lejos de perjudicarte, te dio un estigma progre que te ha ayudado a vivir muy bien en los últimos 30 años en forma de ventajas profesionales, influencia social, o pecunio, al haber formando parte de la estructura de poder político-funcionarial-mediática andaluza. Casualmente ahora que esa red clientelista del PSOE comienza a resquebrajarse (y tú ya has extraído todo el provecho de ella), te pasas a Podemos. Como verás, ni tu ni yo hemos cambiado tanto como dice la gente: tú sigues siendo un pijo, o un “pijipi”, que toda la vida ha ido a favor de corriente; yo, tonto de mí, siempre he estado al margen o en contra del poder, sobre todo el de pelaje totalitario de uno u otro signo, primero contra el franquismo, después frente a la ocupación de la sociedad andaluza por el PSOE, y ahora en la resistencia constitucional a la barbarie neocomunista que, ojalá no, puede gobernar España. Sigue con salud.

Enlace al artículo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies