Violencia doméstica

Ha habido en estos días en Cádiz algunos eventos (incomprensibles) contra la “violencia de género”.La violencia doméstica no es una violencia política, sino de individuos. No sólo se da desde algunos hombres hacia sus parejas, sino al contrario –aunque mucho menos-, también de algunos padres hacia sus hijos (el doble de madres que de padres), y últimamente de algunos hijos a sus padres. No puede haber deferencia moral sólo para alguna de estas variantes, a pesar de las estadísticas. Los motivos de la violencia contra la mujer son insondables. Una vez conseguida la igualdad legal entre ambos sexos, las feministas atribuyen hoy la violencia del hombre al machismo cultural. Pero, ¿cómo explican entonces que las estadísticas más altas de violencia contra la mujer la tengan los países nórdicos, modelos de igualdad sexual, y las más bajas las tengan los países latinos? En España, en este ámbito, tenemos dos problemas. Uno, el problema de la persistencia de la violencia contra la mujer, y otro, el de la reacción a esa violencia, que en lugar de ser justa criminaliza al hombre en su conjunto. Sé que hay mujeres que están sufriendo mucho y que hay feministas bienintencionadas. Pero hay que ir a por los delincuentes y no abrir una causa general contra todo el género masculino. No puede ser que para un mismo delito haya penas distintas según el sexo, ni que un hombre sea detenido por cualquier denuncia sin comprobar. No se pueden dejar los derechos de los hombres en las manos legales de una mujer resentida. No, en un Estado de Derecho. Que las mujeres piensen en sus hijos varones, que mañana pueden ser víctimas de este estado de cosas. En la práctica, el feminismo no es una causa, es un proyecto de supremacía que busca privilegios legales para la mitad de la población, lo que lo hace atractivo para mujeres poco avisadas. Y muy lucrativo para las subvencionadas organizaciones feministas, y para las propias feministas, muchas de las cuales ocupan hoy remunerados cargos en múltiples entramados estatales. Igual que el retroprogresismo sigue hablando de Franco para deslegitimar a la derecha actual, algunas mujeres de izquierdas manipulan la violencia de pareja con el único fin de identificarla con la ideología conservadora.

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