No suelo hablar aquí de mi programa en Onda Luz tv, pero la entrevista de la semana anterior con Jorge Galindo -programador y copropietario de la empresa “47 Degrees”- me ha hecho conocer un aspecto de la realidad gaditana que merece ser extendido. Me refiero al mundo de la informática, y mas concretamente al de los programadores de software. Seguro que no sabían que la Bahía de Cádiz alberga una de las comunidades de desarrollo del software más activas y creativas de España. Alrededor de unas 850 ó 900 personas, en su mayoría jóvenes, comparten conocimientos e inquietudes en “Cadiz developers”, de Facebook. Incluso Google o Microsoft tienen entre sus colaboradores a gaditanos que no han perdido la vinculación con su tierra. Fíjense si esta comunidad va cogiendo relevancia que en el último año han organizado en la Bahía 9 eventos de programación, y dos de carácter internacional, el último de los cuales, Lambda Word Cádiz, tuvo lugar en el Aulario de la Bomba de Cádiz, hace muy poco. Cómo será la calidad de estos programadores funcionales gaditanos, que empresas como Williams Hill venían buscando gente para contratar. Llama la atención que los fundadores y dirigentes de “47 Degrees” -la empresa gaditana que organizó este último evento- residan en Seatle y San Fernando. Jorge Galindo contó la razón. Un amigo de Jorge, Raúl, conoció en la Punta San Felipe a una americana de Erasmus. El amor lo llevó a la ciudad donde residía esta chica, Seatle, y durante los diez años que estuvo allí como informático conoció a otros colegas. Entre todos ellos, y con Jorge en San Fernando, fundaron “47 Degrees”, nombre que hace referencia al paralelo que pasa por la ciudad de Seatle. Hoy conforman una empresa de 26 personas que residen en Cádiz, Madrid y Seatle. Como dice Jorge, siempre que se piensa en Cádiz se viene a la mente el Carnaval, la Semana Santa, o el Cádiz CF, sobre todo aquel del Mago. Es lo que de verdad nos pone en el mapa, a pesar del coraje que les da a algunos progres locales. Económicamente, también nos ubican por el turismo, Astilleros, la aeronáutica, o las plataformas petrolíferas, aunque menos. Pero el futuro está aquí. A partir de ahora hay que ir contando también con estos jóvenes programadores.
