En la novela de Eduardo Mendoza Sin noticias de Gurb, dos extraterrestres – Gurb y su amigo- son enviados a la Barcelona de 1991 para observar al planeta Tierra. Si ambos alienígenas volvieran, podrían caer en otro lugar. Esta vez se escacharra la nave en Puntales, Cádiz. La avería es gorda. Ambos alienígenas logran alquilar un piso en La Laguna sin necesidad de aval, pues se disfrazan de bien remunerados asesores del alcalde. El crápula de Gurb se pierde una noche en una despedida de soltero. Mientras aparece, su amigo acude a la Biblioteca Provincial, donde, gracias a un coeficiente extraterrestre, se empolla la historia, las estadísticas, y todos los periódicos locales desde el siglo XIX. Finalmente envía el siguiente informe: Nos encontramos en la Tierra, Europa, España, Cádiz. Gurb se ha perdido. Se trata de una ciudad con un pasado glorioso. Considerada la ciudad más antigua de occidente, durante la Edad Antigua fue un emporio de civilización. En la Edad Media la ciudad decayó, pero tras el descubrimiento de América, volvió su esplendor y riqueza. En 1812 Cádiz fue cuna de la primera Constitución española. Conforme se fue perdiendo el imperio americano, la avanzada burguesía gaditana fue desapareciendo. Durante la primera mitad del siglo XX, Cádiz perdió su importancia política y económica. Pero en los años 60 y 70 hubo un gran desarrollo debido a sus Astilleros, a su puerto, y al turismo, lo cual atrajo a decenas de miles de inmigrantes, lo que disparó también la construcción. A partir de los ochenta, el desarrollo se ralentiza y Cádiz empieza a perder empleo, pero como en el resto de Andalucía. No se olvide que el empleo es responsabilidad de un gobierno regional que lleva 35 años en el poder. No obstante, la propaganda exagera su situación de crisis hasta el punto de atribuirle un paro similar al de Gaza (usando cifras provinciales). Esta fama no parece importarle a un grupo de gaditanos denominados “progresistas”, que prefieren usarla para echar a su brillante alcaldesa, Teófila, en vez de defender la verdad y el buen nombre de su ciudad. El neocomunismo se hace con el poder municipal. Reina el autodesprecio. No hay confianza empresarial. Diagnóstico: futuro incierto. Sin noticias de Gurb. Saludos.