La huella de Galeano

Independiente de su valía literaria, sospecho que el predicamento que el fallecido Eduardo Galeano tenía en este Cádiz tan influido por las ideas colectivistas era debido a su condición de icono de “escritor comprometido”, es decir, de izquierdista radical. No en vano es el autor del mítico Las venas abiertas de América Latina, libro que impulsó a muchos jóvenes idealistas a la violencia en la convicción de que lo hacían por un mundo mejor cuando en realidad integraban uno de los proyectos más totalitarios de la Historia. Pocos saben sin embargo que el propio Galeano había manifestado antes de morir que había escrito Las venas cuando era muy joven y no tenía los suficientes conocimientos ni de economía ni de política. Es lo que desde muchos años antes sostenía ya un adorable panfleto liberal titulado Manual del perfecto idiota latinoamericano, escrito por Mendoza, Montaner y Vargas Llosa hijo, y prologado por Mario Vargas Llosa, primer libro de una saga que dura hasta hoy, y que ha rebatido uno por uno los mitos del socialismo populista (valga la redundancia). Galeano defendía que Iberoamérica era pobre a causa de los Estados Unidos, que le absorbía la sangre de las venas. Es la famosa Teoría de la Dependencia según la cual el imperialismo le asigna al Tercer Mundo un papel secundario que le impide desarrollarse. Una teoría que se ha demostrado falsa, tal como explica muy bien el capítulo del Manual dedicado precisamente a rebatir a Galeano y titulado la Biblia del idiota. Galeano no se paró a pensar que otros muchos países han salido de la miseria sin que el imperialismo lo impidiera como Taiwan, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Chile. Porque salir del subdesarrollo es una cuestión de elección. Si se elige evitar el estatismo económico y remar a favor de la liberalización de mercados, el fomento de la empresa, los contratos libres y la propiedad, se alcanza el desarrollo en una o dos generaciones. Es lo que sin ir más lejos eligió España con el Plan de Estabilización del 59, y en parte con Miguel Boyer y Aznar. Hugo Chávez regaló Las venas a Obama en 2009. Ahora que en España unos venezolanos importados quieren poner en práctica estas ideas populistas de Galeano, no es el momento de una necrológica literaria, sino el de recordar estas cosas.

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