En estos días ha sido el cumpleaños de Teófila Martínez. Un buen momento para hacer balance. No sigo de cerca la gestión de sus concejales como para entrar a valorarlos de forma pormenorizada, excepción hecha de la valentía que demuestra José Blas. Pero sí que aprecio el resultado final de la gestión de la alcaldesa, y de su equipo. Los que me conocen saben que no me mueven motivos de interés para defenderla, ni menos personales, pues apenas la conozco. Tampoco es que ella lo necesite. En Cádiz hace falta más valor y confianza en uno mismo para escribir a favor de Teófila que para criticarla. Es verdad que hay actuaciones de su gestión que criticaría. Pero la mayoría de ellas pertenecen al consenso socialdemócrata del que participan todos los políticos, y en cambio la de su gestión al frente de la ciudad es más que brillante. En Cádiz no eres un autor, escritor o periodista supuestamente independiente si no le escribes una cuarteta insultante a Teófila en Carnaval o si no le das duro al Ayuntamiento (a la Junta, como al pulpo ni reñirle). Distinto es la actitud de sus votantes, que durante años han respondido a los insultos del discurso progre contra ellos, manteniendo su voto. Pero la soledad está hoy en defender a ciertos políticos, al rey, y a la Constitución. Hoy, lo fácil, lo barato, es asumir el discurso de Podemos. Defender la Transición con todos sus defectos, que los tiene, es ser hoy un francotirador, casi un subversivo. La verdadera independencia se muestra apoyando lo que consideras justo, más aún si lo haces a contracorriente de la opinión publicada. Y la verdadera libertad estriba en defender el trabajo bien hecho, venga de donde venga. Y a la vista está que es el caso de Teófila, como muestran los impresionantes cambios de la ciudad que están en la mente de todos. Tengo escrito que Carlos Díaz también fue un buen alcalde, y desde luego algo más que un hombre honrado como se pretende, pero gobernó en contra de su partido y sin el apoyo de Madrid que sí ha tenido Teófila. En resumen, lo valiente hoy es manifestarse públicamente a favor de la incuestionable gestión que Teófila ha hecho al frente de Cádiz, ciudad que por cierto tiene una demografía de envejecimiento muy parecida a la de los países nórdicos, por responder de paso a la principal crítica que recibe.
