En Cádiz es frecuente oir a algunos miembros de la red mediático-política andaluza despreciar a los medios minoritarios no afectos al régimen. No es muy decoroso atacar a un competidor de pocos recursos, especialmente si se lleva más de 30 años bajo la protección ventajista del poder -bueno, algunos, bastantes más años, dada su procedencia familiar franquista-. Pero tampoco hay que extrañarse mucho, vista la tendencia humana de agradar a los jefes y de no ver los defectos propios, en este caso de los medios afines. Lo que en realidad sorprende del progresismo orgánico del sur es que encima se considere a sí mismo crítico, rebelde. ¿Críticos los progres? ¿ha dicho alguno algo sobre la intervención de Pedro Sánchez en el programa Sálvame? ¿ninguno tiene nada que decir, no ya ante los ERES o los cursos de formación, que eso sería ya milagroso, sino ante esta obvia degeneración del mensaje socialista inserto en la telebasura? Silencio en la sala. ¡Ay aquellos tiempos en que las intervenciones televisivas socialistas las hacía Alfonso Guerra en La Clave! El caso es que todo podría perdonarse si al menos donde gobiernan, los socialistas y comunistas promocionaran unos medios de incuestionable calidad. Pero es todo lo contrario. La tele de los andaluces, la nuestra –más bien la suya-, gasta millones de euros nuestros en programas de viejos verdes ligando, niños revejidos (Joselito se queda en pañales ante estos repelentes infantes) y concursos de gordos pesándose, lo que en conjunto presenta una televisión cutre y paleta. Por no hablar de su formato cuasi norteafricano. ¿Dónde está la autosuperioridad moral de esta izquierda? Lo digo con pena. No hay color entre esta televisión andaluza y la que se hacía en el franquismo. ¿Recuerdan? Estudio 1, Encuentros con las Letras, A Fondo, Informe Semanal (a pesar de la estalinista e infumable Carmen Sarmiento), Paisajes y Figuras, etc. Cuando veamos en la tele andaluza a figuras del nivel de los Borges, Cortázar o Buero Vallejo de entonces, me callaré. Presumen de nivel cultural cuando no hay más que pose pseudointelectual. Pero al pueblo andalú le dan colegios lumpenizados y basura televisiva. Y mucho sectarismo.