Qué distinta la España de la Transición a la de estos últimos años! Desde mucho antes de que muriera Franco, algunos luchamos por una democracia que reconciliara a los españoles. Finalmente, entre todos unidos hicimos una Transición ejemplar. Pero todo cambió el 11 M. La izquierda se tiró a la calle para acosar e insultar al centro derecha, culpándolo del mayor atentado sufrido por España en su Historia. El espíritu cainita de la II República reapareció en España. Y ganó Zapatero. Todos los consensos de la Transición saltaron por los aires. El equilibrio con los nacionalistas comenzó a romperse tras la requisitoria Zapatérica de hacer un nuevo Estatuto catalán que nadie había pedido. El pacto antiterrorista fue traicionado por el PSOE que negociaba con ETA a espaldas del centro derecha. En el Pacto del Tinell se intentó expulsar al centro derecha de la vida democrática española, tal como se hizo en el periodo republicano. Y lo peor, se reavivó la división de los españoles con la Ley de la Memoria Histórica. Tras la victoria del moderado Rajoy, el país anda recomponiéndose. Pero Andalucía ha quedado descolgada. Tras 35 años de un “régimen” socialista clientelar que nos tiene a la cola en renta, paro, impuestos, y enseñanza, los estalinistas se han sumado a un gobierno poco instruido, cómplice de la corrupción anidada en las entrañas del sistema, y más cainita aún que el de Zapatero, a la vista del nuevo anteproyecto de Memoria, que pretende destruir símbolos franquistas artísticos y hablar en las escuelas sólo de la represión de la dictadura. ¿No saben que en la Transición acordamos el perdón para todos, también para los culpables de las checas, la represión en Madrid del 36, el golpe sangriento de octubre de 1934, el asesinato de miles de pacíficos religiosos, los crímenes de las Juventudes Socialistas en la República, los asesinatos de líderes políticos e intelectuales, las sacas de miles de presos y de tantos otros crímenes cometidos por una izquierda que no abandonó el totalitarismo marxista hasta los 70? Cierta izquierda necesita hacer su propia Transición y sumarse al moderantismo liberal conservador. Y defender de una vez, sin titubeos, la unidad constitucional de España.
