La condición de exterrorista no caduca. Arcadi Espada

Actualizado Miércoles, 17 mayo 2023 – 22:53

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en la sesión de control en el Congreso.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en la sesión de control en el Congreso.J.J.GuillenEFE

Desbordantes de pasión, algunas personas critican que se llame exterroristas a los que fueron terroristas y dejaron de serlo. «¡Terroristas, terroristas, hay que llamarles!». No sé a qué vienen tantas voces. Cuando era profesor, y en la última clase de cada curso, les decía a mis alumnos que podíamos mantener el contacto, mientras quisieran. Y remataba: «A diferencia de la de alumno, la condición de exalumno no caduca». En este caso, además, era matemáticamente, y hasta heráclitamente cierto, porque lo único que podía apearles de la condición era ser otra vez alumnos míos y eso era imposible. La condición de exterrorista, como la de examante, sí puede caducar; pero solo a condición de perder el prefijo, y volver a matar y volver a amar. Sin llegar a la caducidad de su condición, el exterrorista sí puede atenuarla: tratar de que su paso por la vida acumule otros merecimientos: ser Premio Nobel, incluso de la Paz, o presidente del Gobierno vasco. Aunque un día u otro la marea de los recuerdos deja a la vista los cadáveres. Para subrayar la evidencia de que solo asesinando de nuevo podrá librarse de su condición reminiscente uso a veces la palabra exasesino. Causa una gran conmoción entre los profetas de la redención y también, paradójicamente, entre los que piensan que la acción de matar a un hombre no caduca. Pero es el pasado lo que no caduca y sobre su carácter irredimible basta preguntarle al muerto. Algunos de los problemas de la gente sensible se solucionarían a la francesa: ancien o ancienne. Pero el nacionalismo español es intratable, y los galicismos su perpetuo dos de mayo. Si pudiéramos escribir «el antiguo terrorista», en el sentido del que fue y no es, se eliminarían las frívolas connotaciones del ex; hasta tal punto llegan que han dado como resultado el rarísimo caso de un prefijo convertido en sustantivo: Persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra. Y tal vez así, à l’ancienne, se aplacaría la sedición radiofónica (sublevación de las pasiones) de cada mañana.

Tales filologías de la hora en que escribo solo tienen una razón y es aflojar el nudo de ver cómo el galán de tranvía chulea a Cuca Gamarra: «¿Sería usted capaz de decir que Zapatero traicionó a los muertos?», y cómo la pobre mujer balbucea sin atinar a lo evidente: «No, señor presidente, sería injusto: es usted quién ha traicionado a los muertos». Filologías por no incurrir en fisiologías.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies