Cádiz de las mil leguas
Siempre fue la ciudad refugio de la libertad, ahora será la capital infinita del español

18/03/2023 a las 07:17h.
Cádiz siempre fue el refugio de la libertad. Se repasa la Historia de España y surge el reducto valiente donde estuvieron a salvo las leyes y los tratados. Cádiz, siempre al final de los mapas en el Sur del Sur o al principio de todos los mapas, porque aquí se levantaron los altares primigenios y se forjaron los mitos y los pilares de Europa.
Corre un viento de levante por Cádiz que se arremolina en las plazas felices y atraviesa las torres mirador desde donde los mercaderes de Indias observaban el horizonte para ver si habían llegado a salvo sus cargamentos del Nuevo Mundo. Esas casas de Cádiz con sus patios de luces tristes y blancas en cuyos suelos se amontonaban el azúcar, el cacao, el tabaco, el café y baúles cargados de prodigios.
Ahora Cádiz se prepara para recibir el prodigio de las palabras, el Congreso Internacional de la Lengua Española. Y no se me ocurre mejor lugar para pensar y repensarla. Arequipa iba a ser el escenario de esta babel castellana con todas las versiones del español, pero el conflicto político y social en Perú ha obligado a elegir un lugar a salvo de peligros.
Cádiz se ha convertido de nuevo en el refugio de la libertad, ahora de la lengua libre. Y qué mejor lugar si de su puerto partieron las palabras a ultramar para regresar cargadas de historias, sol y salitre. Palabras de ida y vuelta, giros coloquiales, mil versiones en los refranes, significados nuevos y acentos infinitos.
El español que hablan hoy millones de hablantes es el que salió por este puerto cargado de milenios de sabiduría, el español de la norma atlántica, el de los ritmos preciosos, el del verbo que canta y baila. A Cádiz llegaba el español de ida y vuelta reforzado por el aire de la metáfora, el gracejo y el donaire. De Cádiz salía la lengua que servía para hablar de labores de marinería. Desde Cádiz se embarcaban las palabras que regían los tratados de comercio. De Cádiz partía también el diccionario en el que se nutrían los términos políticos de la Constitución de la libertad y de los derechos del ciudadano. ¿Qué mejor ciudad para ser capital de la lengua de Cervantes?