El Golpe Constituyente de Pumpido y la pasmosa inhibición de Feijóo. Federico Jiménez Losantos

Ha comenzado la desprotección legal de la ciudadanía por la puerta grande, que debería estar cerrada a cal y canto para defendernos.

12/2/2023 – 07:44

Ha comenzado la desprotección legal de la ciudadanía por la puerta grande, que debería estar cerrada a cal y canto para defendernos.
Alberto Núñez Feijóo en un acto en Teruel. | EFE

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En la primera semana de febrero de 2023, Cándido Conde Pumpido ha demostrado que está absolutamente dispuesto a destruir desde dentro el Tribunal Constitucional como último baluarte de los derechos civiles de los españoles, para convertirlo en una especie de Tribunal Constituyente para liquidar el régimen del 78 mediante la sistemática vulneración de las leyes que atañen al propio TC. Es decir, que Pumpido –léase Sánchez-Pumpido– ataca de raíz la legalidad que le concierne para destruir la que nos protege.

Ha comenzado, pues, la desprotección legal de la ciudadanía por la puerta grande, que debería estar cerrada a cal y canto para defendernos y se ha convertido en portillo de la traición de quienes juraron hacerlo. A la alta traición de Sánchez, aliándose con todos los enemigos internos y externos de España –ETA, golpistas catalanes, comunistas, Marruecos– se suma la baja traición de Pumpido y sus ropones constituyentes, baja por la ralea que demuestra, no por su importancia, que es mayor que la traición de Sánchez.

Tres días para liquidar la legalidad constitucional

Miguel Ángel Pérez resumía en Libertad Digital el proceso fulminante mediante el que Pumpido y sus ropones rojos se han burlado la ley que les obligaba a abstenerse, y han atropellado los derechos de la minoría azul del TC –en este caso, Espejel– que, en cumplimiento de la Ley, quería hacer lo que la ley y la moral coincidían en exigir:

“En una sola semana, Conde-Pumpido impedía la abstención de Espejel (martes, 7) rechazaba su propia recusación y la de los también magistrados izquierdistas Campo y Montalbán (miércoles, 8), y, por último, tumbaba con el bloque izquierdista la sentencia elaborada por el conservador Arnaldo para poder avalar íntegramente la Ley de Zapatero sobre el aborto (jueves, 9). Paradójicamente, el exfiscal general de Zapatero se convertía en su valedor del aborto en el TC y además encargaba la nueva ponencia a Montalbán que también debería haber sido recusada. Atropello constitucional consumado.”

Cronología del atropello constitucional de Conde-Pumpido con el aborto en el TCMiguel Ángel Pérez

Libertad Digital ha sido el medio que, prácticamente en solitario, ha insistido más en la importancia del asalto al Constitucional por Sánchez y en la transcendencia de este golpe, aparentemente absurdo, de obstinarse en sentar doctrina sobre una ley que será sustituida por otra casi de inmediato:

“A las puertas de una nueva ley del aborto, el rechazo al recurso contra la norma que fenece sólo tiene un significado y es el de mostrar músculo, sacar pecho y avisar a la oposición de que el Tribunal Constitucional se va a convertir en una herramienta para poner el membrete constitucional en auténticos desatinos como la ley del ‘sí es sí’, la ley trans, las prácticas discriminatorias contra el idioma español en Cataluña y otras comunidades con dos lenguas oficiales, la reforma del Código Penal para favorecer a los golpistas y a los corruptos y, llegado el caso, validar la convocatoria de consultas separatistas en Cataluña y el País Vasco.”

Y terminaba así:

“El daño causado al Tribunal Constitucional es inmenso y anticipa nuevos horrores y más errores con la batería de leyes ideológicas elaboradas por los últimos gobiernos socialistas y que ahora serán dadas por constitucionales sin más criterio o argumento que el del peso de la mayoría política que encarnan los magistrados designados por la izquierda. La demolición de las libertades y las garantías jurídicas está en marcha.”

El PP acata, encantado, el fallo clamorosamente ilegal del TC

No podemos decir que de modo sorprendente, porque discutir poco y no derogar jamás las leyes ideológicas de la izquierda es costumbre más que acreditada en los largos años de Rajoy y Soraya al timón del PP, pero, ahondando en ese vicio y apenas conocido el jueves 9 el dictamen del TC, Feijóo ignoró el atropello de Pumpido a la legalidad y a los derechos de Espejel y la minoría y lo respaldó así: “Mi opinión personal es que una ley de plazos bien construida es una ley correcta en términos generales, es constitucional, y es un planteamiento que merece mis re

Mi opinión personal es que Feijóo tenía tantas ganas de olvidar que el recurso fue del PP, y que fue Soraya la que impidió que Andrés Ollero hiciera público el dictamen contrario a la ley de Zapatero –que rompía el consenso PSOE-PP sobre la Ley de supuestos de aborto no penalizables– que ni siquiera se paró a pensar si la forma descaradamente ilegal con que Pumpido y sus secuaces procedieron hundía al Constitucional en el fango de la ilegalidad, que fatalmente habrá de ser condenada en un alto tribunal europeo por despojar de garantías el ejercicio de un tribunal… de garantías.

Esa prisa por desmarcarse de un pasado del que no debería abjurar, si no fuese orgulloso vástago de la Reina Maricomplejines, llevó a Feijóo a no aprovechar la primera fechoría de Pumpido, que no será la última, para marcar territorio constitucional frente a la estrategia golpista de Sánchez. Podría haberlo hecho diciendo lo mismo: que aceptaba el fondo del asunto, la ley de plazos; pero veía inaceptable la forma ilegal en que se concretaba. Es lo menos que merecían los magistrados que, en minoría, plantaron cara a Pumpido, sobre todo Espejel, machacada siempre por su cercanía al PP. Pero Feijóo quiso dejar claro o así quedó que su PP será tan fiable como el de Rajoy apoyando a los jueces que defiendan la Constitución, o sea, nada.

Borja Sémper, la sonrisa del neoviejo PP, lo explicó así en El Mundo después del apoyo de Feijóo al dictamen, ilegalidad mediante, de Pumpido:

P- Feijóo ha fijado posición sobre el aborto, asegurando ahora que la ley de plazos es «correcta». ¿El PP reconoce 13 años de error, por su recurso ante el Tribunal Constitucional?

R- Más que un error, es una evolución razonable y lógica. Algo positivo. La España de hace 13 años no es la misma que la de hoy. La interrupción voluntaria del embarazo a través de un sistema de plazos es un modelo razonable, aceptado por la sociedad.

Parecerse a lo que hay, aunque sea malo

Se trata de “parecerse a la sociedad, no tratar de que la sociedad se nos parezca“, doctrina de gestión reimpuesta por Casado y Teodoro en el PP tras su primera derrota electoral, quitando a Lasquetty, Jefe de Gabinete, y cooptando al sorayo Maroto para la marcha atrás ante el aparato del partido, cuyo teórico líder era Feijóo. En la práctica, esa idea significaba que el PP debe siempre adaptarse a lo que la Izquierda va imponiendo en la sociedad, sin consultarla y aunque lo rechace. Porque la Izquierda tiene claro que la sociedad española debe ir por donde ella diga, que sus valores son los correctos y que la resistencia que se produzca hay que descontarla a cuenta del pasado, ignominioso sólo por ser pasado. Lo nuevo, siempre de izquierdas, es siempre bueno. Lo que había antes, si no lo trajo la izquierda, siempre es malo. Aunque se demuestre que funciona.

La sociedad española aceptaba la ley de Supuestos, que en la práctica era también una ley de plazos. Por eso, Feijóo podría haber dicho que el PP –no él “personalmente”– aceptaba el dictamen del TC, pero que no aceptaba que el TC sea un Tribunal de Casación –Asegurada– de todas las leyes anticonstitucionales de la Izquierda. Se supone que la defensa del régimen constitucional está por encima de la batalla electoral. ¿O no lo está? Temo que cada vez menos. Y el gran triunfo de Sánchez, Pumpido mediante, sería la inhibición de Feijóo ante un golpe constitucional que el PP gestionaría. No sé si está o no en sus planes, pero, por desgracia, empieza a parecerlo.

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