Catorcista del 78. Berta González de Vega.

El artículo 14 fue acortado por Camilo José Cela, que le quitó a su paso por el Senado el ‘Todos’ y lo dejó en ‘los españoles’

Berta González de Vega

BERTA GONZÁLEZ DE VEGA

08/12/2022Actualizado a las 10:45h.

«Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social», he ahí mi artículo favorito de la Constitución Española, el 14, cuya promulgación y votación celebramos esta semana festiva y cuya concepción, lejos de ser inmaculada, se consiguió con mucho trasiego, cesiones, reescrituras y, por la época, ceniceros llenos y comidas castizas y, afortunadamente, ningún móvil en las mesas del Parador de Gredos. Qué maravilla imaginar aquellos salones en la sierra, lejos de todo, sin acceso a Twitter, sólo con teléfono fijo de centralita, sin pantallazos de WhatsApp. Sin luz ni taquígrafos, expresión que hemos sacralizado, sin darnos cuenta del infierno de las buenas intenciones y del combustible proporcionado a la demagogia.

El artículo 14 fue acortado por Camilo José Cela, que le quitó a su paso por el Senado el ‘Todos’ y lo dejó en ‘los españoles’. Me siento incluida, fíjense y ahora que Carmen Calvo va adquiriendo porte de estadista –¡Qué cosas!– por enfrentarse a les chiques mimadas de Podemos, no olvidamos que tuvo la ocurrencia, felizmente descartada por la RAE, de reescribir la Constitución con perspectiva de género y lenguaje inclusivo.

Atenerse al artículo 14 en esta época daría casi para un programa de partido político. Cada vez que alguien dé a entender que se paga menos a una mujer que a un hombre por el mismo trabajo –sólo eso debería ser la brecha salarial y no que las de atención al cliente ganen menos que los programadores–, se le manda al artículo 14. ¿Exigencia, méritos, requisitos de idiomas cooficiales para oposiciones en territorios donde el castellano es oficial e incluso hablado por la mayoría de la población? Artículo 14, que me da que a los pacientes que entran en hospital en Alicante o en Ibiza les da bastante igual que los celadores que le empujan la camilla no dominen el catalán y ni qué decir tiene los neurocirujanos. ¿Posibilidad de que a las mujeres que opositan a la Guardia Civil se les pase la mano en las notas respecto a los hombres? Artículo 14 y, además, espero, la reprobación de muchas mujeres que estamos hartas de que nos traten como a tontitas. ¿Esfuerzos extras en las oficinas de empleo según la orientación sexual del solicitante, como está recogido en el proyecto de Ley de Empleo? Imposible por discriminatorio, o a ver si es que van a preguntar los funcionarios los gustos sexuales de cada uno.

Así que tengan presente este artículo. Es el mejor escudo contra las políticas de identidad. Somos iguales ante la ley y no me importan ni tus órganos reproductivos, ni cómo los uses, ni en qué provincia has nacido, si eres ateo o capillita. Y qué redacción tan limpia. Soy de las que me alegro de no haber podido votar la Constitución porque sé que, de tener que redactar ahora el 14, la tarea de elegir las palabras podría alargarse años en debates muy tontunos. ‘Catorcista’ del 78. Parte de mi identidad.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies