En el colegio de la calle Arbolí nos ha sorprendido la fachada neoclásica de la Casa de la Camorra, el Ficus de unos 180 años, los arcos que se adivinan de las puertas del bajo del edificio neoclásico, y el patio. Desde la azotea he podido contemplar la que fue mi casa de siempre, el número 15 de la calle Libertad, y sus dos torres gemelas (15 y 16). Hay un arco en el patio que posiblemente dé a La Bombilla o a la accesoria de mi casa…

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