“La indulta”. Por Federico Jiménez Losantos

El tribunal popular de La Gobierna es a la vez tribunal de casación y de reconvención a los jueces que no aplican la perspectiva de género

Juana Rivas.
Juana Rivas.

En su guerra contra la gramática y la justicia, el soviet de ministros aplicó este martes lo que no debemos llamar indulto sino, con perspectiva de género, indulta a Juana Rivas, repetidamente condenada por secuestrar a sus hijos y sustraerlos a la custodia del padre y a la escolarización, dato que sin duda ha favorecido el cariñoso trato a la delincuente. Sólo hay algo que gusta más a la manada roja que jorobar a un hombre: no educar a un niño.

Juana Rivas ha disfrutado del habitual trato de favor que la izquierda reserva a sus heroínas, por despreciable que sea su conducta. Pero no sólo la izquierda se conjuró en favor de la condenada en todas las instancias. Junto a Susana DíazCarmen Calvo, las Paquis y demás, que se reían de la Guardia Civil que, por orden del juez, buscaban a los niños secuestrados, poniendo en la puerta de sus casas el cartelito “Juana vive aquí”, Mariano RajoyAlbert Rivera y los partidos que entonces acaudillaban hicieron lo mismo. Es natural. PP y Ciudadanos respaldaron y respaldan la infame y anticonstitucional Ley de Violencia de Género, y sus incontables fechorías.

No es la menor que el sector más lerdo del soviet (consejo, en ruso) de ministros se lance tras el indulto a injuriar a los jueces. Irene Montero volvió este martes a llamar maltratador a Francesco Arcuri, padre de los dos niños secuestrados, sosteniendo lo que los jueces españoles e italianos niegan: que Juana evitaba que fueran maltratados. El tribunal popular de La Gobierna es a la vez tribunal de casación y de reconvención a los jueces que no aplican la perspectiva de género. Es decir, que a Juan y a Juana se les debe juzgar y luego absolver o condenar de forma distinta por el mismo delito. Juan Rivas habría sido severamente condenado por secuestrar a sus hijos. Juana Rivas tiene a su favor una ley atroz y a una justicia que jamás debió admitir como constitucional semejante aberración.

Porque la Constitución dice en su artículo 14: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

¡Igualdad ante la Ley! ¡Qué barbaridad! Menos mal que las indultas remedian este estropicio. La manada de Moncloa, previo desescombro del Supremo, ha deshecho la sentencia. Se ha hecho justicia. Y sin leyes, que tiene más mérito.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies