Perder el gobierno de Andalucía –un régimen, más bien- ha provocado una reacción antidemocrática en el partido socialista y sus aliados. Esto es algo que no es nuevo. Como dice Juaristi, la democracia fue un invento liberal con el que los socialistas no tuvieron nada que ver. En 1912, los socialistas se negaron a celebrar el centenario de la Constitución liberal de Cádiz por ser una constitución “burguesa”. En 1933, una CEDA respetuosa de la legalidad ganó las únicas elecciones limpias de la República. ¿Qué hicieron los socialistas? El PSOE, principal partido de la oposición, pretextó un supuesto peligro de fascismo (¿les suena?) para organizar una insurrección que costo 1.400 muertos.
Históricamente, la democracia ha sido aceptada por la izquierda populista siempre que sus instituciones hayan podido ser ocupadas para acercarse al objetivo del socialismo, es decir, del poder perpetuo del partido. Es lo que pasó en la Europa del Este, estuvo a punto de pasar en Chile, y pasa en Venezuela.
La democracia liberal ha sido considerada “burguesa” por el socialismo hasta que llegó González (en los papeles del partido, hasta los 90), único líder en toda la Historia del PSOE cuyo carisma consiguió atemperar su alma revolucionaria. Un alma que empezó a reverdecer de nuevo con Zapatero el 13 de marzo de 2004, cuando los socialistas asaltaron las sedes del PP en toda España. Y que continúa con Falconetti.
Uno de los recursos del socialcomunismo para imponer su programa liberticida ha sido la movilización callejera de los “explotados”, en realidad de las organizaciones izquierdistas afectas. Hoy, lo de la explotación ya no cuela y ha sido sustituido por un nuevo odio manipulador, el que fomentan las organizaciones subvencionadas del socialfeminismo -más de 2000 en Andalucía- ante una supuesta merma de sus derechos (léase privilegios legales). Ellas fueron quienes, alentadas por la perdedora Susana Díaz, se lanzaron contra el fallo de las urnas, rodeando en Sevilla la sede de la soberanía popular.
En Cádiz, el turnismo democrático se ha enrarecido aún más. Recordemos la salida del Ayuntamiento del anterior gobierno del PP, rodeado por la turba populista, y en estos días, los disturbios contra el resultado electoral atizados por un gobierno municipal bolivariano también en su utilización de la chusma adicta.