Como despedida, antes de las vacaciones hoy trataremos por fin un tema agradable: la hermosura de algunos nombres de las calles de Cádiz.
Antes que nada me referiré a la calle Libertad, mi preferida, título que da nombre a esta columna quizás porque resume el espíritu libertario de Cádiz, y por filosofía: creo en la superioridad moral de la libertad frente al igualitarismo. Soy de Cádiz, de la calle Libertad y liberal. Lo mío sí que es una conjunción planetaria.
En un antiguo artículo mío, “Mi gente de la Plaza”, hablaba de gaditanos que nacimos o hicimos vida en esa calle, y lo siento, olvidé a algunos. Por ejemplo, Paco Gómez de Barreda y su mujer Ángeles Barquín, propietarios del “almacén de Paco”, ambos de La Montaña: casualmente Ángeles, del pueblo de mi propia madre, Abionzo; Fernando Suárez, que fue vicepresidente de la Diputación; y los hermanos Scapacini, uno de ellos el famoso cuartetero, y el otro, Felipe, un flamenco cabal como lo fueron o lo son otros vecinos de la calle: Manolo Vargas, el Cojo Peroche, el Niño de los Rizos y David Palomar.
Ahora ya sí, repasemos de memoria otros nombres de calles hermosos. No podían faltar motivos marineros: Goleta, Barquilla de Lope, en recuerdo al famoso poema de Lope de Vega, Mojarra, Mirador, Nereidas, Neptuno y Enrique de las Marinas. Tampoco los relativos al flamenco: Gitanillos de Cádiz, Soleá, Flamenco y la antigua Flamencos Borrachos.
Abundantes y bellos son los nombres referidos a profesiones y actividades desarrolladas en ellas, como Bajada de Escribanos, Pelota -donde se practicó tal juego-, Botica, Plaza de las Canastas, Corralón de los Carros, Mentidero -donde se hablaba de negocios y por tanto se mentía-, Hospital de Mujeres (en cuyo Hospitalito barroco que alberga un Greco, nací), Cuesta de las Calesas, el Palillero -donde se practicaba el palique-, el Tinte y Jabonería, calle de la impresionante bajada del “Greñuo” en Semana Santa.
Tienen un especial sabor histórico El Callejón de los Negros, el de los Piratas, alrededor de la catedral, y la plaza de la Oca, antigua “Horca del Francés”. Curiosamente, hay pocos nombres de Carnaval, a excepción de carnavaleros insignes.
Y por último los nombres literarios: Soledad, Silencio, Desamparados, Viento, y Viudas. Y el más bello, Cuna Vieja.
Feliz vacaciones.