En estos días estoy preocupado por la calidad democrática de la sociedad gaditana. Ante el desprecio del gobierno municipal a los familiares de presos políticos venezolanos premiados, la prensa ha estado bien, pero 26 colectivos sociales se han puesto… ¡al lado de Maduro! ¿No hay organizaciones sociales en Cádiz que deploren la actuación municipal? Acudo a la que en rigor, más sensibilidad debe mostrar contra esta agresión a las libertades, la Asociación Pro Derechos Humanos de Cádiz (de momento, la APHDA, su hermana mayor, ¡quiere revocar el premio!). Al menos de compromiso, podría haber emitido alguna nota de prensa, dada su voracidad comunicativa. Pues nada. En su página web, sólo se habla del concurso de Damas en Puerto Real, y de que las leyes del mercado excluyen a las personas (basándose en un alarmista informe OXFAM, que ha sido rebatido por los datos del Eurostat). Bueno, en realidad, es normal este silencio, ¿qué podía esperarse de una organización que aparentemente defiende los derechos humanos, pero que en realidad está dirigida de siempre por conocidos comunistas? Me gustaría que alguien les preguntasen alguna vez por este asunto de los represaliados venezolanos, así como si están subvencionados o no, y en su caso por quién, y en qué cuantía. La calidad democrática del país también es asunto preocupante. Ahora sabemos que la superación del bipartidismo consistía en que cuando gana las elecciones el centro derecha, no debe gobernar. En realidad esto de impedir gobernar a la derecha que vence, es un clásico histórico. No hablaré de tiempos recientes, cuando la segura victoria del PP fue truncada por un 11-M manipulado por el PSOE, ni de tiempos lejanos, cuando el “Maura no” de las izquierdas, sino de la sobrevalorada República. Las elecciones más limpias (1933) las ganó la CEDA, de derechas, el partido más escrupulosamente legal, que sin embargo no pudo gobernar ante la ferocidad de la izquierda. Gobernó el Partido Republicano Radical de Lerroux, de centro, apoyado en el Parlamento porlos ganadores. Cuando más adelante, el líder de la CEDA, Gil Robles, pidió entrarlegítimamente en el gobierno, el PSOE dio un golpe de estado (1934). Ahora los métodos son otros. Pero tienen el espíritu antidemocrático de siempre.