Querido amigo: el otro día me dijiste que le doy mucha caña al PSOE. No lo creo, sólo la merecida. Ya sabes que soy amigo de muchos socialistas, a los que nos une el recuerdo de la lucha antifranquista. Pero la pasión no debe cegar al conocimiento. Vivimos un momento crucial y el socialismo se encamina a un posible pacto con populistas y separatistas, los enemigos de nuestro sistema democrático. Algo que ya hizo en el siglo XX cuando con los mismos aliados derribó a dos sistemas liberales, uno estable y provechoso, la Restauración, y el otro sobrevalorado y convulso, la República.
No me negarás que la izquierda se considera superior moralmente gracias a la Historia que os habéis contado, y que ha triunfado en el imaginario colectivo. Pero esta Historia nada tiene que ver con la verdad. La mayor parte del tiempo el socialismo ha sido parte del problema y no de la solución. Antes de la Transición, el PSOE sólo ha colaborado con un sistema, la Dictadura de Primo. Mejor no hablar del golpe del 34, las checas, la Brigada del Amanecer, Largo, Negrín, el yate Vita, o las vacaciones del franquismo. Por fortuna, tras 1978, el PSOE se ha vuelto socialdemócrata, pero ay, ha cambiado el anticapitalismo -errático desde su fundación-, por otros objetivos de pelaje totalitario, como la ecología, la ideología de género, o el animalismo. Todo ello aderezado con un cierto desprecio a España y su Historia. Pero no creas que soy un sectario. Sé valorar los aspectos positivos de vuestro devenir. Siempre me gustó el magisterio moral del socialismo de cátedra, especialmente Julián Besteiro, al que tenéis olvidado. Y sobre todo, la decisiva contribución de los gobiernos de Felipe G. a la modernización y proyección de España.
Considero a la socialdemocracia como una fuerza estructural, necesaria. Por eso la llegada de Zapatero me entristeció. No esperaba que de nuevo comenzara la vieja matraca socialista del rencor. Ahora, estoy muy desesperanzado. Resulta que los barones no quieren pactar con Podemos, no por razones de defensa constitucional, sino por cálculo partidista. Pero salvo la vieja guardia, todo el PSOE actual está de acuerdo en tratar al principal partido democrático, el PP, como un apestado. Como diría Arcadi, sigue ciego tu camino.