Insultos de Sánchez a las protestas encabezadas por Savater y Trapiello. Un huevazo y un atentado terrorista. Milei. RZP

** Me llama la atención que el sicario de Sánchez, Patxi López, dijera que la “derecha y la ultraderecha” habían salido a la calle el sábado 18 pasado no por ir contra la amnistía sino porque no aceptaban el resultado salido de las urnas de una mayoría social del país que quiere “un gobierno progresista”. Y eso se lo dice López, es decir Sánchez, a una concentración pacífica de cientos de miles de españoles que protestaban encabezados por gente tan ultra como ¡Fernando Savater, Andrés Trapiello o Félix Ovejero! A qué grado de desfachatez ha llegado el gobierno.

** Lo del “gobierno progresista” es de risa. Resulta que un gobierno que piensa conceder la gestión fiscal a los separatistas catalanes, la auténtica extrema derecha en España, para que se insolidaricen con manchegos, extremeños o andaluces, es un gobierno progresista. ¿son progresistas los meapilas del PNV, gente ciertamente supremacista? ¿es progresista el comunismo? ¿lo es el exterrorista no arrepentido, Otegui?

** Es curioso también que la prensa haya dedicado mucho más espacio y tiempo a referirse a un huevazo que recibió un diputado socialista que al atentado terrorista de significado político que sufrió el gran Alejo Vidal-Quadras, realizado en un día clave, y que estuvo a punto de costarle la vida. ¿Quién no pensó por un momento en Calvo Sotelo? Se ha hablado muy poco de este atentado. Por fortuna, parece que ya Alejo se recupera y ha escrito sus primeros textos. Alejo, además de una cabeza privilegiada, tiene una categoría moral muy díficil de encontrar en estos tiempos, y menos en el terreno que bordea la política.

** Argentina fue un país a la cabeza del desarrollo mundial. Muchos españoles emigraron allí para ganarse la vida. Sin embargo el peronismo, una especie de socialismo populista, valga el pleonasmo, hace decenas de años que lo mantiene en la pobreza moral y la ruina. Por fin, un grupo político liberal ha roto esa dinámica ganando las elecciones con un programa de disciplina monetaria y económica, apertura de mercados, contención de la inflación y en fin todos los recursos que la ciencia y la experiencia económica ponen a disposición de los gobernantes que tienen la voluntad política de hacer prosperar un país. Es cierto que la figura de Milei es un tanto especial y que sus formas no acaban de gustarme, pero su programa es inobjetable desde el punto de vista de la ortodoxia del crecimiento. En España he oido y leido barbaridades sobre su victoria incluso en telediarios y periódicos considerados serios. Sorprende la cantidad de prejuicios, ignorancia y sectarismo que arrastra cierto periodismo. La cuestión ahora es si el sindicalismo y el aparato de estado en manos del peronismo dejará gobernar a Milei. Viva la libertad, carajo.

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