Feijóo se comporta como si Cataluña y los catalanes no existieran
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26/07/2023 a las 20:40h.
Sánchez va a pactar su investidura con los partidos independentistas vascos y catalanes, pero esto será mañana. El domingo ganó las elecciones en Cataluña y el País Vasco. Por oportunismo, por cinismo o por mala leche, Sánchez ha entendido qué es España y sobre esta realidad ha construido su proyecto político y su manual de supervivencia.
Feijóo se comporta como si Cataluña y los catalanes no existieran. No se ha dirigido a los catalanes normales en toda la campaña, y por motivos más allá de mi comprensión se ha autoexcluido de cualquier posibilidad de pacto con Esquerra, Junts o el PNV. El lunes se puso a buscar los votos del PNV. Hay algo más bajo que el oportunismo y es la necesidad. Los mercaderes suben el precio y te hacen suplicar.
Es un error de Feijóo y de la derecha querer jugar el partido con unas normas distintas a las que son. Los catalanes y los vascos existen. Los partidos independentistas también y es un logro de la democracia española que estén incorporados a la gobernabilidad del Estado en lugar de andar pegando tiros o referendos ilegales. No tener un proyecto para vascos y catalanes es no entender que España es una mezcla de territorios y sensibilidades. Imponerse la castidad de no pactar jamás con partidos independentistas es un suicidio político. Feijóo es lo que sobró de la cena del domingo y ha acabado en el táper. Michavila también sobró y ahí están los dos, con la mejilla contra el plástico. La asistenta cree que están en mal estado pero espera a que la señora decida si los tira o los guarda.
La política ha de basarse en la realidad y no en cómo querríamos que fueran las cosas. Hay que partir de las características de España –y de sus disfunciones– para poderla liderar. Pedro Sánchez lo ha entendido. Para bien o para mal, pero lo ha entendido. Aznar lo entendió mucho antes y sobre la realidad de entonces –más dura e inhóspita que la de hoy porque ETA aún mataba– construyó su proyecto para todos. Cuando Jordi Pujol creó Convergència i Unió no lo hizo pensando en su Cataluña ideal sino sabiendo cómo son Cataluña y los catalanes. Es lo que Felipe González llama «vocación mayoritaria».
La solución no es que pacten PP y PSOE. Esto puede ser un parche para un momento de crisis. Pero un Estado necesita un gobierno y una oposición. Se trata de que el PP entienda que pensar España sólo desde el centro lleva a perder solo en el rincón. No es aritmética parlamentaria: quedar en Cataluña a catorce diputados del PSC y en el País Vasco a menos de la mitad es una dejadez de niño que no ha hecho los deberes. Ésta es tu derrota, Alberto.
Luego, además, está tu fracaso, que es no tener canales de comunicación discretos pero confiables con Junts, ERC y PNV. Es ‘amateur’, aldeano, no hablar hasta con el diablo. Hay que trabajar más. Hay que tomarse la molestia. Hay que arriesgar. Gobernar, como ser padre, es enjuagar la imperfección, la tara, la mancha. Sánchez será presidente porque tiene más ganas.