La izquierda que no llega y la derecha que va justa. Federico Jiménez Losantos

  • FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS

Actualizado Domingo, 11 junio 2023 – 22:42

La propensión del PP a irse a la izquierda y la de Vox a quedarse en el limbo perjudican la alternativa

Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago de Compostela.
Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago de Compostela.TarekmjMUNDO

Las últimas encuestas en EL MUNDO y ABC dibujan tendencias, que es lo propio de las encuestas serias, pero empiezan a señalar dos procesos preocupantes: la izquierda pierde más con Sumar de lo que suma restando a Podemos; y, en la derecha, lo que sube el PP es menos de lo que baja Vox. Son preocupantes porque señalan el encasquillamiento de un cambio que sólo pueden protagonizar PP y Vox, y la posibilidad de que Feijóo caiga en la tradicional superchería del PP de Rajoy y Soraya: creer que el PSOE existe al margen de Zapatero y Sánchez y que un beso institucional puede resucitar la bella durmiente de 1982, el Felipe González que votaba Feijóo.

Eso es no entender que la división política hoy no es entre izquierda y derecha, sino entre defender la nación española y el Estado que la alberga o dejar que se hundan. El PSOE optó por destruir el régimen del 78 con ZP, antes de que surgiera Podemos, y lo ha confirmado con Sánchez. Y el grupo parlamentario que ha diseñado es alérgico a todo pacto de Estado y al Estado mismo. No aporta nada, pero aparta al PSOE de todo, y asegura la violencia callejera contra la derecha en el poder. Son el Prestige, la Guerra de Irak o el 11M de 2004, cuando las diferencias entre comunistas, sociatas, separatistas y etarras se borraban frente al enemigo común, que era y es la derecha, no el PP; ni el PP y Ciudadanos; ni el PP y Vox. Es todo lo que no sea la izquierda, única legitimada para mandar.

Esto tiene una ventaja para el votante de izquierdas: no cambia el discurso de los últimos años, el del odio a media España y, si lo mandan sus socios, a España entera. La traición de Belarra, que se consumará si la marquesa de Galapagar no entra en la carroza de Yolanda, podría aumentar la abstención comunista, y las bofetadas a los barones del PSOE, la socialista. Tal vez. Pero la propensión del PP a irse a la izquierda y la de Vox a quedarse en el limbo perjudican la alternativa, sólo posible con un gran resultado de Feijóo y uno bueno de Abascal.

Para gobernar con permiso del PSOE, Revilla o Teruel Existe, no hace falta mucho, aunque dure poco. Para un Gobierno que defienda el régimen del 78 de Sánchez, Otegui y Pumpido, hace falta mucho más.

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