Ganar España

Feijóo quiere ganar desde el táper y eso era antes

Yamal, otro de los nuestros (23/4/2023)

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Salvador Sostres

SALVADOR SOSTRES

26/04/2023
Actualizado 27/04/2023 a las 08:32h.

Feijóo nació con la edad que ya tiene. A veces su esposa al recoger la mesa lo confunde con lo que ha sobrado y lo mete en un taper. Él ni siquiera grita para escapar de la nevera, por no parecer de Vox, ni fascista. Simplemente espera a que su mujer tenga hambre al día siguiente y cuando abra el envase exclame: «¡pero si eras tú, Alberto!», y él sale con esa sonrisa que nunca sabes si es que ríe o se está poniendo bien las gafas sin tocarlas con las manos.

No es insultar a Feijóo compararlo con las sobras. Es a lo que él aspira, que le confundamos, que no lo notemos, que pasen los días como caen las hojas secas de los árboles y sea presidente por decantación, sin haber tenido que tomar ningún riesgo. Pedro Sánchez no nos quiere, pero por lo menos nos hiere, nos insulta, nos asalta, que es su forma de relacionarse.

Feijóo quiere ganar desde el táper y eso era antes, cuando ahorrábamos porque creíamos que íbamos a vivir diez vidas. Bastaba con esperar el desgaste del contrario. Ahora gastamos lo que tenemos, vivimos al día, mañana es una quimera y la negociamos cuando llega. Feijóo no está nunca en el regateo, que es donde sucede el mundo moderno. Es más razonable, educado, decente y sería por supuesto mucho mejor presidente que este bandido. Pero no se parece a los españoles. No nos toca. Le damos asco, bueno, o asquito. Y yo le entiendo, pero él no entiende la profunda vulgaridad de nuestra era y por eso perderá, si es que llega a diciembre. Sánchez es el quinqui que esperaba en los restaurantes a que su padre se levantara para ir por detrás y llevarse la propina. Esto es España, aunque nos duela. Y la gente vota a lo que se parece.

Mientras Feijóo pasa un día en la nevera y el otro todavía más escondido para que no le pregunten, Sánchez se dedica a comprar votos con subvenciones y propaganda, sin ningún escrúpulo, bajando a la arena de lo más rastrero. Como un villano de videojuego hecho carne, tan absurdo. Y también tan letal, y tan duro. Feijóo cree que basta con tener razón para ganar. Como Guardiola. Hasta que toca el Madrid y entonces llora.

Yo jamás cené en casa y mi mujer se cansó de no poder meterme en el taper. Escribo al límite, no le ahorro al lector ningún riesgo. Ayuso es la otra cara de la misma moneda que Sánchez. Más generosa, menos mezquina, más agradecida, menos oportunista. Pero igual que Pedro se ensucia. Está en nuestra guerra. Mercadea como un árabe, enreda a los católicos, tiene alma judía y nadie la gana a puñaladas traperas. Es salvaje y pizpireta. Como Sánchez es muy consciente de a quién se está dirigiendo. Te interpela, te levanta de la butaca. También como Sánchez es asesina. Se ha bajado a los dos Pablos: Iglesias y Casado. Ahora sólo queda que deseche el taper sin ni abrirlo cuando empiece a oler mal tras las municipales. Y que cuando alguien de repente pregunte por el candidato, ella como distraída diga: «oye, ¿no sería Alberto lo que el otro día tiramos a la basura?».

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