Actualizado Domingo, 23 abril 2023 – 22:51
O el futuro Gobierno le planta cara o aquí sólo mandará Pumpido. Y con él Junqueras, Otegui y, naturalmente, Sánchez

Aunque Sánchez se vaya, Pumpido se queda. Y las últimas fazañas de su cortijo en el Constitucional permiten asegurar que el Gobierno que venga tropezará con un muro, un poder paralelo, un régimen superpuesto al del 78, que ni dejará gobernar ni dejará de gobernar, manteniendo todas las leyes ideológicas, genuinamente comunistas y rabiosamente totalitarias, de Sánchez y sus socios. Si derogar atrocidades como la Ley Trans, a cuyo lado la Ley Sisí o Sueltavioladores era un homenaje a Kelsen, depende del sujeto más sectario que ha padecido la judicatura española, ya podemos ir preparándonos para un conflicto institucional típicamente bolivariano. Un Gobierno legítimo que no podrá gobernar y un Parlamento que no podrá legislar, porque un Tribunal teóricamente Constitucional, pero decidido a liquidar el régimen constitucional de 1978, no dejará gobernar ni legislar.
El TC, con ponente derechista, dice que cuando Meritxell borró de las actas del Congreso la frase de Cayetana sobre Iglesias «hijo de un terrorista», no vulneró derecho alguno. ¡Todos! Ni Meritxell ni el TC tienen derecho a imponer su ridícula idea del «decoro», a borrar lo dicho por los representantes de la soberanía nacional e ignorar a las víctimas del FRAP. Felicítenla por borrar las visitas del Tito Berni. Ha salvado el decoro de los diputeros.
Cándido I El Malo, tirano anticonstitucional ya en ejercicio, ha declarado constitucional la Ley Celáa, que, entre otros crímenes, liquida la educación especial. Esa crueldad, que deja a miles de familias a la intemperie, prueba que a Pumpido le importan las personas lo mismo que a Montero las mujeres violadas y los niños abusados por culpa de su ley: absolutamente nada. Lo ideológico prima en ellos sobre toda consideración moral, legal o material. No cuenta el resultado, sólo el poder. Y Segoviano, la que iba a defender la unidad nacional, dice que no ofrecer impresos oficiales en español no lesiona nada. Borrado el «deber de conocer y el derecho a usar» el español. Queda un recurso sobre el 25% de las clases en español en Cataluña. Adivinen su futuro.
O el futuro Gobierno le planta cara o aquí sólo mandará Pumpido. Y con él Junqueras, Otegui y, naturalmente, Sánchez.