Cuotas para todos
Aterrizaremos como podamos, una vez que emprendamos el dudoso vuelo de la discriminación positiva, pero no dejemos fuera a nadie

06/03/2023 a las 00:19h.
Dudo que la igualdad porcentual de hombres y mujeres, a golpe de leyes y decretos, en gobiernos y consejos de administración, no sea un camino que prestigie a las tontas y perjudique a las mujeres inteligentes. No hay nada más parecido a un hombre estúpido que una mujer estúpida, de la misma manera que el bobo de derechas tiene su simetría en el bobo de izquierdas. Ahora bien, si establecemos prevalencias por sexo, raza, altura o lugar de nacimiento, y caemos en el carajal de la discriminación positiva, vamos a destrozar principios básicos de la igualdad y del mérito. No hay discriminación positiva, como no hay enfermedad benigna, ni dolor placentero. Y no existe la democracia si no hay democracia, y aunque Franco denominó a su dictadura democracia orgánica, nunca fue una democracia.
No hace mucho, en las oposiciones de ingreso a la Policía, algunas de nuestras brillantes mentes gubernamentales pensaron que, puesto que había pocos miembros femeninos en el Cuerpo, las pruebas fueran más benignas para las mujeres. Las primeras que se enfadaron, naturalmente, fueron las policías que habían pasado las pruebas en igualdad de condiciones, porque sabían que, sin dudarlo mucho, a ellas las tomarían por las enchufadas de la discriminación. Y, si la injusta discriminación sigue adelante, que se amplíe a todos los ámbitos, porque ya hemos descubierto que una ministra puede ser tan imbécil como un ministro, pero que haya cuotas, también, en las Fuerzas Armadas, en las minas, en la pesca de altura y bajura –es escandaloso el escaso número de mujeres en los barcos de pesca– y que en la Real Academia de la Lengua se haga los mismo, y que los hombres reclamemos el 50 por ciento de puestos en guarderías infantiles, acaparados por las mujeres. ¡Ah! Y, si sigue adelante la persecución a la prostitución, que no haya favoritismo, y que se persiga a los ‘gigolos’ explotados por señoras con dinero, y no se deje de lado la prostitución homosexual, donde homosexuales con dinero se compran los servicios de un chapero.
Luego pasaremos a otras discriminaciones positivas, y espero que haya cuotas de igualdad para gordos y obesas, y porcentajes de bajitos, porque los que somos bajitos de toda la vida sabemos la humillación que sufres cuando nunca te dejan formar parte de un equipo de baloncesto. Azafatas de aviones tendrán que dejar su puesto a los azafatos –en evidente minoría– y los pilotos, por mucha preparación que tengan, deberán verse relegados por mujeres pilotos hasta alcanzar el cincuenta por ciento. Aterrizaremos como podamos, una vez que emprendamos el dudoso vuelo de la discriminación positiva, pero no dejemos fuera a nadie, y si el porcentaje de cojos en los consejos de administración resulta escaso, actuemos como con el sexo, la obesidad o la altura: cuotas para todos y en todo.