Adónde está el padre de la novia. Arcadi Espada

Actualizado Miércoles, 4 enero 2023 – 23:2

El identitarismo bloquea el progreso: y así es como una mujer sensible y valerosa aparece en la portada de un periódico profiriendo estupideces sangrantes

Séfora Vargas, abogada y activista de la comunidad gitana.
Séfora Vargas, abogada y activista de la comunidad gitana.Gogo Lobato

Esto de Séfora, la gitana, tiene para empezar que aclararse, no vayan a creerse los niños que lo del pañuelo es aquel juego de pillos y sprinters al que jugábamos. Lo del pañuelo gitano es que la ajuntaora le meta un dedo envuelto a una joven por la vagina y le rompa el himen, y a ver si hay suerte y sangra, porque no todos sangran. Sangrando se sabe que el honor estará a salvo. No el de la joven, que importa poco, sino el honor del clan. Todo está bien dicho en la maravillosa alboreá que canta Joselero con la guitarra de Diego del Gastor y que ahora escucho para no marearme: En un prado verde/tendí mi pañuelo/y salieron tres rosas/como tres luceros/Alevanta y no duermas más/que por la mañanita tendrá lugar/Adónde está el padre de la novia/que ya su hija ha salido con victoria. Nótese el padre al que se llama, o sea el clan.

Séfora defiende la libertad de las gitanas para someterse al pañuelo con el mismo fundamento que usan algunas islamistas para someterse al suyo: «Es algo que elegimos nosotras». El argumento está perfectamente expuesto en la literatura popular: Sarna con gusto no picaEl que un acto sea voluntario no significa que deje de ser humillante e indigno y de ahí que muchas veces la ley actúe a favor de unos principios generales asumidos por la comunidad y en contra de la libertad individual. La tensión entre libertad y humillación está en la base de la discusión más interesante sobre el ejercicio de la prostitución. Al periódico no le resultaría difícil encontrar una que declarase: «Es algo que elegimos nosotras». Pero respecto a Séfora, La Tacones partiría con desventaja: a Séfora no solo la ampara la libertad, sino el orgullo identitario. Este amparo es el responsable de la monumental pirueta que practica el identitarismo: el pañuelo, gitano o islámico, ya no es el símbolo de un atentado contra la libertad, ¡sino el símbolo de la libertad misma!

El trilerismo simbólico no liquida los hechos objetivos. Ahí siguen las mujeres. Las piernas abiertas y la cara tapada. Antes de la proliferación del virus identitario las comunidades afectadas progresaban lenta aunque inexorablemente. Ahora le llaman asimilación, cuando solo se trataba de la extensión de los derechos y la mejora de las costumbres. El identitarismo bloquea el progreso: y así es como una mujer sensible y valerosa aparece en la portada de un periódico profiriendo estupideces sangrantes.

Pero no vayan ahora a cancelarme la alboreá.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies