Los que dicen que España está al borde de la extinción gritaban lo mismo con Rajoy y yo creo que exageraban

15/12/2022Actualizado a las 07:25h.
No es política como dice Sánchez, no es justicia como clama Junqueras. Es un vulgar trapicheo en el mercado negro porque Junqueras exigía, para aprobar los presupuestos, salir de la cárcel (indultos), que puedan volver los que están fuera (sedición) y que no entren sus amigos pendientes de juicio (malversación). A Sánchez sólo le interesa el poder. Digo el poder y no los presupuestos porque la apuesta del presidente es a cinco años. Confía en que Salvador Illa sea el próximo presidente de la Generalitat, que el independentismo muera de muerte natural, tener un gran resultado en Cataluña y vender en el resto de España que él fue quien devolvió las cosas a su lugar.
Todos los presidentes han cedido. Aznar llamó grupo de liberación vasco a la mayor los asesinos de ETA, promovió el despliegue de los Mossos y abolió el servicio militar obligatorio. Aceptó la inmersión lingüística. Esquerra demonizó aquellos acuerdos de CiU con el PP –como ahora Puigdemont con Junqueras– y llegó el tripartito. No se acabó el mundo.
Tampoco nada se vino abajo con el Estatut que Zapatero pactó con Artur Mas y que tanto irritó a los independentistas pata negra, que entonces eran los republicanos; ni cuando el presidente Rajoy –que en alguna ocasión ha reconocido que su mejor tarde no fue la que dedicó, aún en la oposición, a recoger firmas contra aquel Estatut– no aplicó ni un gramo más de la fuerza estrictamente necesaria con un 155 quirúrgico que no discutió ningún país, ni los más enemigos. Pero otra vez los apocalípticos españoles anunciaron el fin de los tiempos, que no ha llegado todavía.
En la misma negociación de la sedición y la malversación, Sánchez fue rotundo en su negativa al referendo secesionista, y estoy seguro de que lo dijo de verdad, pero también de que si en enero de 2024 Frankenstein suma, el presidente de la Generalitat todavía es Aragonès, y Esquerra lo plantea como condición ineludible para la investidura, Sánchez por el poder puede hacer cualquier cosa, incluso lo que hoy él mismo ve imposible.
Cataluña está mejor de lo que estaba hace cinco años, con el independentismo desarticulado, desmoralizado y negociando al pormenor favores personales. Ha sido absoluta la victoria del Estado. Los que dicen que España está al borde de la extinción gritaban lo mismo con el presidente Rajoy y yo creo que exageraban.
Sánchez es peligroso y Junqueras mezquino, pero me pregunto cuánto llevan cobrado los hecatombistas por cada fin del mundo que han vaticinado y no se ha producido. Es una forma de malversación incendiar a la buena gente con mentiras y subvenciones públicas. Hubo más independentistas viendo con tristeza cómo caía España contra Marruecos que en la manifestación de la ANC para declarar la independencia al día siguiente. Y lo de la batalla cultural, pues chico, más o menos lo mismo. Para la inmensa mayoría de españoles es mucho más importante, y cultural, que nuestra Argentina querida, y por fin Messi, ganen este Mundial.