Cuando veamos una masa de camisas pardas, con antorchas, desfilando por las calles de España entonces podremos hablar de fascismo
10/03/2022
Corren malos tiempos para la lengua española. Sin necesidad de entrar en las sandeces del lenguaje de género, resulta preocupante la consciente tergiversación de las definiciones políticas por muchos miembros de la tropilla que integra nuestros partidos políticos.
El término fascista se ha convertido, gracias a la machacona persistencia de las izquierdas y las incompetencias y complejos de la derecha, en el único insulto a nivel universal que a diario aparece en la boca de nuestros políticos. Dado el empleo abusivo e incorrecto de los términos fascistas y ultraderecha, estos han terminado por perder su verdadero sentido.
¿Qué es el fascismo? ¿Cuáles son las características del fascismo? ¿Qué lo define? Sus principales características son: nacionalismo radical, antimarxismo, antiliberalismo, anticonservadurismo, defensa del principio de caudillaje, la posesión de un ejército de partido, objetivos totalitarios para construir un Estado nuevo no basado en modelos tradicionales, importancia de la estética y de la movilización de masas, valoración positiva del empleo de la violencia, exaltación de la juventud y de la virilidad.
El fascismo, un movimiento de vanguardia en el periodo entreguerras, nace del maridaje entre los revolucionarios de izquierda que renuncian a su internacionalismo para unirse al patriotismo radical surgido de las trincheras entre los exsoldados veteranos de la I Guerra Mundial. Nace un partido único que aspira a la formación de un Estado totalitario, llamado a ocupar todas las parcelas del poder, que apuesta por una economía autárquica (el sueño de no depender de nada ni de nadie) y por el triunfo de un modelo de estado socialista nacional atípico en el que vive con comodidad la propiedad privada e incluso la gran industria, siempre que no eche un pulso al Gobierno. Todo esto cimentando por un profundo espíritu antiparlamentario. Lo más parecido al sueño del fascismo que existe en la actualidad es la China de Xi Jinping.
Por otra parte, ¿qué tiene que ver el fascismo con la ultraderecha? Salvo que en momentos puntuales han sido compañeros de viaje, en realidad poco, salvo su visceral antimarxismo. ¿Qué es la ultraderecha? Existe una tendencia generalizada a confundir el fascismo con estos movimientos partidarios del autoritarismo político, ya que ambos se producen en el periodo de entreguerras. Resulta necesario separar los movimientos fascistas de la derecha autoritaria no fascista. Con el comienzo del siglo XX surgió un grupo de nuevas fuerzas derechistas y conservadoras en Europa que rechazaban el conservadurismo moderado del s. XIX. Propugnaban un sistema autoritario, entonces moderno, de vanguardia, técnicamente eficaz, distintos de la revolución de izquierdas como del radicalismo fascista. La derecha autoritaria se basa en la religión más que en cualquier nueva mística cultural como ocurre con el fascismo (vitalismo, irracionalismo, neoidealismo). Los fascistas y la derecha autoritaria están en posiciones diametralmente opuestas en el terreno cultural y filosófico. La derecha autoritaria solo se diferencia de sus hermanos conservadores en su ruptura con el parlamentarismo. La derecha autoritaria está contra el cambio, a diferencia del fascismo que apuesta de forma decidida por la formación de un nuevo Estado y una nueva sociedad.
Dicho eso, Vox no es un partido fascista ni un partido de ultraderecha. Si viésemos desfilar por las calles de España, como hicieron hace 100 años los camisas negras en Italia para hacerse con el poder en Roma; fascista uniformados, militarizados, organizados en milicias, contrarios al parlamentarismo y partidarios de un nuevo orden social… entonces sí podríamos hablar de fascismo. Tampoco es un partido de ultraderecha. De ultraderecha es el Estado Novo del profesor Salazar, la dictadura de Primo de Rivera o el Brasil del exmilitar Bolsonaro.
El parecido de Espinosa de los Monteros y su mujer, Olona u Ortega Lara con el fascismo no se produce ni por casualidad. Mussolini fundó el fascismo tras abandonar el Partido Socialista Italiano y enamorarse de Italia. Fue director del periódico Avanti, órgano histórico del PSI. Abascal funda Vox decepcionado de la senda que seguía el Partido Popular en los últimos años.
Cuando veamos una masa de camisas pardas, con antorchas, desfilando por las calles de España entonces podremos hablar de fascismo. Maurras era extrema derecha: Drieu La Rochelle era fascismo.