Os han echado. Por Salvador Sostres.

La líder de Hermanos de Italia, tras conocer el resultado electoral

La líder de Hermanos de Italia, tras conocer el resultado electoral AFP

En Italia ha perdido la izquierda populista, indigna, la que crea miseria, rencor social y conflictos que no existen

Meloni no ha ganado, habéis perdido. Si algo extremo es esta señora es el espejo de vuestro apoteósico fracaso

Salvador Sostres

SALVADOR SOSTRES

27/09/2022Actualizado a las 10:29h.19

¿Tenemos a una Meloni en España? ¿Tenemos a una Meloni que pueda ganar? Estas no son las preguntas correctas. Las preguntas correctas están en el razonamiento inverso: ¿Tenemos decadencia, degradación, descomposición socialista liberticida y mentirosa obsesionada en meterse en la vida de los otros y en saquearlas? ¿Tenemos policías políticos, morales, sexuales, que nos dicen cómo tenemos que relacionarnos, pensar o ser?

Entonces tenemos un problema y éste es el problema. El problema es la herida abierta y ya sabes que se va a infectar. ¿Quién causó esta herida? Por supuesto que la vamos a curar, aunque puede que antes de mejorar, empeore. En Italia no ha ganado ni la extrema derecha ni la ultraderecha ni la derecha dura. Ha perdido la izquierda populista, indigna, la que crea miseria, rencor social, conflictos que no existen; la izquierda que nació muerta en el siglo XXI y que se ha vuelto un compendio de estupideces y maldades para engañar a resentidos, artistas subvencionados y demás turba entre la que nunca están los que fueron los chicos más listos de la clase.

Es lo mismo que cuando cayó el Muro. Juan Pablo II, la señora Thatcher y el presidente Reagan ayudamos a empujar pero fue la izquierda quien lo tumbó de miseria y muerte. Fueron los socialistas, los comunistas. Comparar a Meloni con Mussolini no tiene ningún sentido, como no lo tuvo comparar a Aznar con Franco, y el PSOE lo hizo. Luego el nacionalismo catalán llamó fascista a Ciudadanos y aunque Ciudadanos es lo peor que ha dado la política española, lo más cínico y lo más cutre, es desde luego un despropósito acusar a Rivera de fascista o cualquier otra cosa que no sea presumido, inconsistente y frívolo. Ahora «el doberman» de la izquierda es Vox, que serán unos simples de pueblo, pero no unos fascistas, ni unos fachas, ni la encarnación de Franco.

Lo que es en cambio cierto, y resulta probado, es el revanchismo prebélico de las agendas sociales de Zapatero y de Sánchez, este último con la colaboración de la extrema izquierda populista y chavista de Podemos. Lo que es cierto, y lo hemos podido constatar, es que mientras agitaban el espantajo de una extrema derecha que en España no existe nos colaron en el Gobierno y en varios ayuntamientos, entre ellos el de mi ciudad, una extrema izquierda real, destructiva, empobrecedora, contraria a la creación de riqueza y a las libertades más elementales.

Lo mismo que Cataluña, que tras la pantomima del «España nos roba», la retórica de «los presos políticos, los exiliados y los represaliados», ha quedado sumidas en una profunda crisis política y moral, desesperanzada, provocada por los que tanto dicen quererla y defenderla, sin que de momento pueda ni siquiera verse un camino hacia una salida que ni se atisba ni se puede imaginar.

Los que hoy quieren asustarnos con la llegada de Meloni son los mismos que le llamaron fascista a Aznar y todo lo que siguió de ahí en adelante. Estamos acostumbrados a vuestro error histórico, a vuestras recetas de la pobreza, a que para vosotros la democracia es echar al adversario del tablero y convertirlo en enemigo. Estamos acostumbrados a que uséis las mentiras sobre los demás para disimular vuestras verdades atroces. Podéis gritar. Podéis anunciar el fin del mundo y que la penúltima hoguera en el Amazonas nos va a dejar sin oxígeno el aire.

Pero Meloni no ha ganado, habéis perdido. Si algo extremo es esta señora es el espejo de vuestro apoteósico fracaso. El de vosotros como líderes y el de vuestras políticas demenciales y tóxicas. Os han echado por incompetentes, por nefastos, por incapaces. Os han echado porque hasta unos italianos que en política se lo dejan hacer todo -no así en la salsa de tomate- se han hartado de vosotros y han puesto a la primera que han encontrado.

Y ni siquiera porque fuera ella, sino para que no fuerais vosotros. No vengáis con tonterías de la extrema derecha. Más bien pensad si podéis aún ofrecer alguna idea de Italia próspera para unos italianos que como todos los ciudadanos del mundo quieren vivir en paz, prósperos, libres y seguros. Y si no se os ocurre nada, como en los últimos 40 años, haceos un favor, dejad de hacer el ridículo e iros a vuestras casas.

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