España es socio de la OTAN y debe mostrarse leal a ella. Una vez dejado clara con hechos nuestra lealtad, lo ideal sería que el gobierno aprovechara para volver a la presión sobre la devolución de Gibraltar y para que nos protejan en caso de conflicto por Ceuta y Melilla. Pero este gobierno se muestra débil ante esas reclamaciones (aunque sí apoya las de los separatistas enemigos de España) y además no es de fiar a nivel internacional por albergar comunistas que son amigos de Rusia-China-Venezuela-Cuba.
Yo recuerdo que los cuquis gaditanos, y con ellos todos los socialistas españoles, incluidos el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendieron que para que tropas españolas fueran enviadas al extranjero eran necesarios dos requerimientos: que se hiciera bajo mandato expreso de la ONU, y que se hubiese aprobado previamente por el Congreso de los Diputados. Nada de eso ha hecho antes de enviar el reciente contingente militar que se ha puesto a disposición de la OTAN. Hasta ahora los socialistas del “no a la guerra”, y otros progres, no han dicho ni mu.
Ahora los del “no a la guerra” están divididos. El PSOE empezó muy fuerte a favor de OTAN, mandando tropas. ¿”sí a la guerra”? Pero ahora que Biden no le hace caso a Sánchez, éste ha vuelto a utilizar palabras de “paz y diálogo”. Los podemitas, que son parte del gobierno, han empezado defendiendo el “no a la guerra”, pero con la boca chica. En ambos se nota que lo principal para ellos es permanecer en el gobierno más meses, como sea….
No haría falta que Sánchez pusiera los pies sobre la mesa con Biden, como hizo Aznar para demostrar cómo era tratado en la Casa Blanca. Con que Joe lo llamara para hablar un ratito, se licuaría. La realidad es que tras ser tratado como un testigo de Jehová durante aquel “paseillo” de 29 segundos, ahora ha sido ignorado de nuevo por el presidente americano. Con este gobierno Frankenstein, España no cuenta.