“Odios de lujo”, por Andrés Trapiello en El Mundo. “Los comunistas están de capa caída en todas partes excepto en Corea, Cuba y ahora, gracias a Sánchez, un poco España”.

Del artículo entresacamos: “veremos si los de la Ley de Memoria Democrática dan a la Fundación Largo Caballero el mismo trato que a la Fundación Francisco Franco, como debieran“.

Comentario: Buena reflexión. En mi opinión no debieran prohibir a ninguna, pero en todo caso, el mismo trato, claro. Yo añadiría que Largo Caballero no fue el único no demócrata en la República. Prieto, “el moderado”, buscó las armas para que su partido, el PSOE, se sublevara violentamente contra la República. Azaña, sin ir más lejos, presionó al presidente Alcalá Zamora para que anulara las elecciones de 1933, las más limpias de la República, y que fueron ganadas por el centro derecha. Eso por no hablar de comunistas, anarquistas o separatistas, todos participantes en la insurrección de 1934 y aliados del gobierno del Frente Popular. La derecha sin embargo cumplió la legalidad de forma escrupulosa, salvo Falange, muy al final, que respondió violentamente cuando ya le habían matado a varios militantes (FE, funeraria española, le decían con ironía). Por cierto, todos los personajes nombrados tienen Fundaciones o Asociaciones a su favor. Como la tienen la anarquista Federica Montseny, el hombre de Stalin en España, Juan Negrín, y otros muchos no demócratas.

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