No toda la izquierda política es la socialpodemita, mayoritaria en las tvs y redes sociales. Hay una izquierda moderada, firmemente constitucionalista, contraria a la política de este gobierno aliado de comunistas y separatistas, que o bien habita callada en el PSOE (eso espero) o formó parte de esa generación de la época de González y Guerra que, con sus errores, tantos servicios prestó a España. Algunos de ellos, aún siguen manifestando a contracorriente su pedagogía de patriotismo y sensatez, como Joaquín Leguina, Francisco Vázquez o Rosa Díez.
Pero no es sólo en algunos políticos donde pervive esa socialdemocracia. También entre escritores, intelectuales y artistas. Tengo una lista de preferidos, entre los que mencionaré al adorable Fernando Savater, criticado indignamente por el gobierno junto a los que fueron a Alsasua, a Félix Ovejero, que ha publicado “La deriva reaccionaria de la izquierda”, a Arcadi Espada, prosista sutil y valiente crítico del separatismo xenófobo y el gigante prisáico, y por fin, a Andrés Trapiello, quien acaba de publicar su documentado y sugestivo, “El Rastro”, sobre el emblemático mercado madrileño. Desde que le leí “Las armas y las letras”, un libro imprescindible para conocer con rigor todo sobre literatura y guerra civil, quedé cautivado por su escritura y su decencia intelectual. En ese libro rebatió varios mitos históricos: que no hubo más y mejores escritores defendiendo la República, sino el mismo número en un bando que en otro; que el grueso del exilio marchó en 1936 desde territorio frentepopulista y no tras la victoria de Franco; y que hubo escritores perseguidos por ambos bandos como Clara Campoamor o Chaves Nogales. Entre otros méritos, Trapiello ha reimpulsado El Quijote y ha contribuido, editándolos, a que maravillosos reaccionarios, como Sánchez Mazas, César González Ruano o Agustín de Foxá, silenciados por la dominante propaganda de los vencidos, empiecen a ser apreciados. Por si fuese poco, en estos días ha resumido muy bien la situación española: “Felipe VI defiende mejor los valores republicanos de la Ilustración que Quim Torra”.
En Cádiz, tendría que haber estado con toda justicia en esta lista de la izquierda solvente, necesaria y patriota, un amigo que nos ha dejado recientemente: el doctor Leopoldo Martín