En estos días se han producido en Cádiz múltiples declaraciones contra la enseñanza concertada por los defensores del monopolismo estatal, sin que haya habido réplicas suficientes. En realidad, esta es una confrontación artificial, auspiciada por sectores radicalmente estatalistas, pues lo importante es que el alumno tiene derecho a una educación gratuita tanto en centros públicos, como concertados. Desde luego el sistema flaquea, como muestran todos los informes de resultados académicos, pero no en lo referido a ofrecer a los padres que lo desean, y que pagan sus impuestos, una educación religiosa, o diferente, para sus hijos. En mi opinión, lo deseable sería evolucionar hacia el modelo de libertad y calidad educativa que hoy ensayan los países más avanzados, como Suecia (sí, sí, Suecia), Dinamarca o EEUU: que el estado financie a las familias (cheque escolar), y no al centro, para que éstas elijan con plena libertad, y los centros compitan para ser elegidos. La Economía enseña que es la única forma de mejorar sin despilfarrar (y de cerrar ciertos centros suburbiales). Ahora, el pretexto para querer reducir la concertada es la bajada de la demografía, cosa que se hizo ya en Sevilla, y acaba de ser anulado por el TSJA. En realidad lo que subyace es la preocupación del progrerío y de los perceptores de rentas públicas por la alta demanda de colegios concertados. Hay dos hechos: la concertada tiene globalmente mejores resultados académicos, y le cuesta al contribuyente la mitad. Ningún gobierno, ni el más furibundo socialista, se niega a concertar la limpieza con una empresa que limpia mejor y más barato que el estado. Pero, ay, hablamos de enseñanza, y ahí no se quiere a la Iglesia por cuestiones puramente ideológicas y políticas. Bueno, bien mirado, vamos avanzando, al menos hoy no se cometen las salvajadas antirreligiosas de antaño. Se sabe que la mejor manera de adoctrinar y controlar, es estatalizar plenamente. Fíjense si no en Cataluña, la cantidad de independentistas que fabrica la escuela, junto a unos medios comprados. En Andalucía ocurre igual, pero en este caso a favor del PRI socialista andaluz. Con el agravante que desde hace 35 años venimos obteniendo los peores resultados académicos de Europa, sin que pase nada.